Es la primera vez en el mundo que se descubre esa asociación en un individuo carnívoro
Si el hallazgo de huevos fósiles de dinosaurios es de por sí un acontecimiento infrecuente,encontrarlos asociados con restos de alguno de sus progenitores lo es mucho más.
Por eso, el descubrimiento realizado por investigadores de la Fundación de Historia Natural Félix de Azara, el Museo Argentino de Ciencias Naturales, el Instituto Miguel Lillo de Tucumán y la Universidad de Upsala, en Suecia, es un premio mayor en paleontología: loImagen del Bonapartenykus, hallado en Río Negro. Foto: Gabriel Lio
s científicos encontraron, estudiaron y describieron los restos fósiles de una nueva especie de dinosaurio claramente asociado con su camada de huevos. Uno de los ejemplares se aloja en el Museo de Paleontología y Geología de la ciudad de General Roca, en Río Negro.
"En el pasado ha habido varios descubrimientos de nidos y huevos de dinosaurios herbívoros, pero esto ha sido mucho menos común para los carnívoros -cuenta Fernando Novas, uno de los autores del trabajo, que se publica en la revista Cretaceous Research y que también firman Federico Agnolin, Jaime Powell y Martin Kundrat-. De hecho, es la primera vez en el mundo que se descubre esa asociación en el grupo de dinosaurios carnívoros llamado alvarezsaurios."
Como es la norma, los investigadores pudieron ponerle el nombre al nuevo ejemplar. Lo llamaronBonapartenykus ultimus .
"Bonapartenykus", en honor al doctor José Bonaparte, que fue quien bautizó a los alvarezsaurios en honor de Augusto Alvarez, un historiador neuquino -explica Novas-, y ultimus, porque vivió hacia el final de la era de los grandes saurios, en el Cretácico."
El Bonapartenykus, una especie de mediano porte, fue hallado en el centro de la provincia de Río Negro. No habría superado los tres metros de largo y, como todos los de su grupo, era bípedo, relativamente delgado y dotado de un cuello largo que culminaba en una pequeña cabeza de hocico agudo y pequeños dientes.
Probablemente su principal alimentación hayan sido los insectos y otros pequeños animales.
Poseía el cuerpo cubierto totalmente de plumas (igual que las aves actuales) y su mano se encontraba muy reducida: tenía dedos cortos, con excepción del pulgar, que se encontraba agrandado, y poseía una enorme y pesada garra cuya función aún se desconoce.
Los alvarezsaurios se distribuyeron por la Patagonia durante el último período de la era de los reptiles gigantes.
Ese tiempo,científicamente denominado Cretácico, se extiende entre los 100 y los 65
millones de años antes del presente, justo el momento previo a la desaparición de la mayor parte de los grandes saurios.
En esas épocas, la Patagonia era muy distinta de lo que conocemos hoy. Verdes bosques se distribuían a lo largo y a lo ancho de lo que actualmente es una estepa, y numerosos brazos del mar habían penetrado bien adentro del territorio.
Actualmente, existen pruebas que sugieren que los dinosaurios cuidaban activamente de sus pichones, tal como ocurre con las aves actuales, y no los dejaban abandonados, como sí hacen muchos reptiles de hoy, como las tortugas y lagartijas.
En efecto, los dinosaurios como el Bonapartenykus preparaban prolijamente su nido, empollaban sus huevos y luego de que éstos eclosionaran, alimentaban y protegían a sus pichones recién nacidos de los numerosos depredadores que abundaban en aquellas épocas lejanas.
Así, el hallazgo del Bonapartenykus ofrece nuevas pistas y evidencias acerca del comportamiento, reproducción, desarrollo y relaciones de parentesco de estos particulares dinosaurios bípedos.
El de los alvarezsaurios es un grupo de terópodos descripto por Bonaparte en 1991. Fueron los cazadores terrestres dominantes hasta su extinción (hace 65 millones de años) junto con el resto de los dinosaurios y de gran cantidad de la fauna y flora de esa época. Su tamaño iba desde no más de un metro, como el Eoraptor luneisis, hasta los 15 metros de largo.
Fuente: La Nación
Imagen del Bonapartenykus, hallado en Río Negro. Foto: Gabriel Lio
No hay comentarios:
Publicar un comentario