viernes, 26 de marzo de 2010

El que corta el bacalao


Hacía años que no escuchaba la expresión..."alguien que corte el bacalao". Para aquellos que tenemos unos años, entendimos rápidamente la expresión, pero los pre adolescentes o adolescentes, no tienen la menor idea a qué se refiere.
Para ellos o para quienes se hayan olvidado vale esta aclaración: "De quien sobresale o impone su voluntad a los demás en un sitio o una actividad decimos que «corta el bacalao». Es una forma de reconocer su autoridad, su puesto privilegiado o sus dotes de mando. El que corta –o también «parte»- el bacalao no siempre es el situado en la escala de poder más alta, sino quien domina los resortes de un mecanismo social cualquiera y gracias a ello se convierte en elemento indispensable a donde acudir para alcanzar un favor o un enchufe. El que corta el bacalao es aquel a quien, con denominación más moderna, se conoce como «influyente» (abusivo empleo, por cierto, el de este adjetivo en nuestros tiempos), porque ya se sabe que «el que parte y reparte, se lleva la mejor parte». Pero ¿qué demonios tendrá que ver el suculento pez teleósteo con el mundo de las influencias? ¿Estaremos ante una de esas surrealistas y caprichosas fórmulas del habla coloquial carentes de explicación lógica, o hay algún fundamento en el modismo? Algunos lo relacionan con el papel del padre de familia de antaño, que en la mesa tenía la prerrogativa de repartir los alimentos y por tanto la de cortar el los trozos de bacalao correspondientes a cada comensal. Pero más fiable resulta otra versión que nos remite a ciertas prácticas menestrales. Para cortar el bacalao en los colmados y tiendas de ultramarinos se empleaba una cuchilla o tajadera de hoja afilada cuya manipulación sólo era autorizada a los empleados más diestros. Es decir, los de confianza, los influyentes, o, por decirlo en plata, los amos del cotarro."



(Publicado en 'Juego de palabras' del suplemento cultural 'Territorios' de El Correo, 7.2.07).

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