Al fin y al cabo son unas piedrecitas de menos de ocho centímetros, tanto de largo como de ancho. Pero su valor simbólico es bastante más grande. Varios trozos de estuco se cayeron la tarde del sábado de un friso de la parte izquierda de la Fontana di Trevi. Y, claro, tras los derrumbes en Pompeya y el deterioro del Coliseo, es el enésimo golpe, tanto moral como real, al patrimonio italiano.
Los agentes que se pasan el día explicando a turistas y osados que no es posible, ni tampoco legal, emular a Anita Ekberg en La dolce vita tuvieron un sábado algo más movido. Al pasear, una vez más, alrededor de la fuente, vieron algunos trozos de piedra en el suelo. De ahí que avisaran de inmediato al Ayuntamiento que desplegó policía municipal, bomberos y representantes de la Superintendencia a los Bienes Culturales tanto para aislar la zona como para analizar el daño.
"Algunos estucos se han despegado, en particular los de las ojas de laurel de uno de los capiteles. Nuestra intención es llevar a cabo la restauración lo antes posible”, ha asegurado a La Repubblica el concejal de Cultura del Ayuntamiento de Roma, Dino Gasperini. “Los fragmentos han sido recuperados y se han quitado otros que aun no se habían caído”, ha añadido Gasperini, que ha agregado que las obras de restauración tienen “urgencia máxima” y se han reanudado esta mañana, tras vaciar de agua la Fontana di Trevi.
En tiempos de crisis y derrumbes, el Ayuntamiento no parece tener el dinero suficiente como para cuidar de todo su inmenso patrimonio. Cuando el Coliseo sufrió un pequeño derrumbe, su restauración fue encargada al empresario Diego Della Valle, a cambio de la cesión del derecho a explotar la imagen del monumento. Para la Fontana di Trevi, el alcalde de Roma, Gianni Alemanno, sugiere una solución parecida. "Hay un problema de carencia de recursos para las restauraciones. Tenemos que encontrar la posibilidad de constituir un fondo especial para tutelar los monumentos de Roma. Además de la manutención ordinaria, podría participar un patrocinador", ha declarado a los medios italianos.
Umberto Broccoli, superintendente a los Bienes Culturales de Roma, ha explicado a La Repubblica que la caída se debe “seguramente a la nieve [que el pasado invierno cubrió Roma como no sucedía desde 1986] y al hecho de que lloviera mucho este año. Hay infiltraciones en el friso, pero no es nada grave y todo está bajo control”. “En poco tiempo volveremos a colocar los fragmentos en su sitio”, ha rematado Broccoli.
http://cultura.elpais.com/cultura/2012/06/11/actualidad/1339432900_246393.html
Los agentes que se pasan el día explicando a turistas y osados que no es posible, ni tampoco legal, emular a Anita Ekberg en La dolce vita tuvieron un sábado algo más movido. Al pasear, una vez más, alrededor de la fuente, vieron algunos trozos de piedra en el suelo. De ahí que avisaran de inmediato al Ayuntamiento que desplegó policía municipal, bomberos y representantes de la Superintendencia a los Bienes Culturales tanto para aislar la zona como para analizar el daño.
"Algunos estucos se han despegado, en particular los de las ojas de laurel de uno de los capiteles. Nuestra intención es llevar a cabo la restauración lo antes posible”, ha asegurado a La Repubblica el concejal de Cultura del Ayuntamiento de Roma, Dino Gasperini. “Los fragmentos han sido recuperados y se han quitado otros que aun no se habían caído”, ha añadido Gasperini, que ha agregado que las obras de restauración tienen “urgencia máxima” y se han reanudado esta mañana, tras vaciar de agua la Fontana di Trevi.
En tiempos de crisis y derrumbes, el Ayuntamiento no parece tener el dinero suficiente como para cuidar de todo su inmenso patrimonio. Cuando el Coliseo sufrió un pequeño derrumbe, su restauración fue encargada al empresario Diego Della Valle, a cambio de la cesión del derecho a explotar la imagen del monumento. Para la Fontana di Trevi, el alcalde de Roma, Gianni Alemanno, sugiere una solución parecida. "Hay un problema de carencia de recursos para las restauraciones. Tenemos que encontrar la posibilidad de constituir un fondo especial para tutelar los monumentos de Roma. Además de la manutención ordinaria, podría participar un patrocinador", ha declarado a los medios italianos.
Umberto Broccoli, superintendente a los Bienes Culturales de Roma, ha explicado a La Repubblica que la caída se debe “seguramente a la nieve [que el pasado invierno cubrió Roma como no sucedía desde 1986] y al hecho de que lloviera mucho este año. Hay infiltraciones en el friso, pero no es nada grave y todo está bajo control”. “En poco tiempo volveremos a colocar los fragmentos en su sitio”, ha rematado Broccoli.
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