La leyenda cuenta que los norteamericanos trataron de volver invisible un barco de guerra para luchar contra la Alemania nazi, pero ¿es este mito cierto?
Conocido también por el nombre de «Project Rainbow» («Proyecto Arcoíris») esta historia fue incluso llevada al cine por el director Stewart Raffill hace nada menos que 28 años. Así, en la película «The Philadelphia experiment», este estadounidense cuenta como dos jóvenes oficiales se ofrecen voluntarios para participar en un raro experimento, el que hoy nos ocupa. Pero este mito, tantas veces nombrado a lo largo del tiempo ¿fue real?
Los inicios de la leyenda
Según la leyenda, este experimento comenzó a tomar forma a partir de 1939, año en que una serie de científicos se interesaron por las investigaciones de Nikola Tesla–inventor y experto en electromagnetismo- yAlbert Einstein. Al parecer, y según determinaron los especialistas, creían posible que a partir del trabajo de estos dos expertos podrían lograr curvar los rayos de luz que llegan a los objetos para así volverlos invisibles.
Las posibles aplicaciones militares llevaron a los EE.UU. a interesarse
Por lo tanto, ante las ventajas que ofrecía esta nueva tecnología, el ejército norteamericano aceptó llevar a cabo un experimento en el que se pretendía, en términos del historiador y periodista Jesús Hernández, «emplear unos generadores eléctricos en el interior de un buque con el fin de formar campos electromagnéticos lo suficientemente potentes como para curvar las ondas de luz y radio alrededor del barco, logrando así hacerlo invisible, no sólo al radar, sino a la vista».
Alrededor de 1943, se seleccionó el navío en el que se realizaría esta prueba, el USS. Eldridge, un destructor de escolta que podía albergar hasta 200 marineros en su interior. Este barco de guerra contaba con un gran armamento para la época, lo que hizo que los responsables lo eligieran para hacer de él un arma definitiva.
El experimento
El experimento, según el mito, fue realizado por científicos norteamericanos (entre ellos, el propio Albert Einstein) e investigadores alemanes contrarios al régimen nazi. Para llevar a cabo la prueba, se seleccionó la base naval de Filadelfia, actualmente dedicada, entre otras cosas, a guardar navíos militares «jubilados».
En términos de Hernández, que insiste en señalar que esta historia no es más que un mito, se hizo una primera prueba «el 22 de julio de 1943» en las aguas del puerto de Filadelfia, y tuvo un relativo éxito. «El destructor quedó cubierto de una extraña luz verde hasta que desapareció a la vista de los testigos. La tripulación quedó en estado de shock y muchos sufrirían posteriormente desórdenes mentales» explica el historiador.
El presunto éxito, provocó que la marina estadounidense planificara una nueva prueba para cerciorarse de que era posible mantener la invisibilidad de este barco durante un largo período de tiempo, lo que haría que pudiese atravesar las líneas enemigas sin ser detectado. La imaginación empezaba a volar y los norteamericanos se creían inventores de la técnica militar definitiva.
Este segundo experimento tendría lugar presuntamente el 28 de octubre de 1943. Pero, esta vez, los resultados fueron mucho más catastróficos. Según la leyenda, alrededor del buque comenzó a materializarse un campo de energía perfectamente visible, a continuación, una neblina verde ascendió desde el casco y, de repente, el Eldridge desapareció. Sin embargo, se podía apreciar que aún se encontraba en el agua debido a las marcas que el peso del barco provocaba en el mar. Se cuenta que, momentos antes de volverse invisibles, varios marineros sufrieron desmayos y uno fue fulminado al instante. A su vez, se narra también que algunos sufrieron combustiones espontáneas o cayeron rendidos al suelo
El buque se habría teletransportado a 600 km de distancia
Para corroborar esta historia, apareció un marinero que afirmaba haber visto en Norfolk durante breves minutos al Eldridge, justo antes de volver a desaparecer para regresar a su lugar de origen: «Un hombre que se identificaría como Carlos Allende, aunque su nombre real era Carl Allen, aseguró que algunos marineros del destructor quedaron fundidos con la estructura de metal del buque. También afirmó que algunos de los supervivientes sufrieron posteriormente súbitas desmaterializaciones»
Según Allende, las consecuencias fueron terribles para la tripulación, ya que los que no murieron sufrieron grandes trastornos mentales. El mito incluso afirma que los marineros que pudieron declarar tras el experimento atestiguaron que, cuando el Eldridge se desmaterializó, se sentían flotando sobre la nada. Tras este accidente, el proyecto fue cancelado inmediatamente, el instrumental desmantelado y los archivos y datos del proyecto presuntamente eliminados
Desmitificando el «Experimento Filadelfia»
A pesar de lo arraigada que está la leyenda del «Experimento Filadelfia» y que determinados investigadores han llegado a afirmar que podría ser cierto, Jesús Hernández, especializado en la II GM, no comparte esta opinión. «Hay que tener presente que este supuesto experimento no es más que un mito, sin que exista ninguna evidencia de que hubiera podido tener lugar» establece.
Para empezar, y entre los muchos elementos con los que no está de acuerdo, sentencia que es imposible que Albert Einstein participara en el proyecto. «Nadie pudo haber colaborado en él. Si se ha unido el nombre de Einstein al Experimento Filadelfia es porque este científico trató de unificar el electromagnetismo y la gravedad mediante una única teoría, aunque no tuvo éxito en el empeño; de ahí se ha deducido, sin ninguna base, que Einstein pudo haber estado detrás del experimento», asevera.
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