Roma, la ciudad eterna, con una historia atrapante y fascinate. A la vuelta de cada esquina tenés una sorpresa, un monumento, una historia, una anécdota que te sorprende.
Genera impresiones diferentes en los visitantes, por mi parte, quedé enamorada de esta ciudad desde la primera vez que la visité. No me canso de recorrerla, caminarla, en síntesis, disfrutarla cada vez que puedo.
Si tenés poco tiempo y querés realizar un recorrido por la ciudad, te recomiento:
Tomá un micro o el metro (subte) hasta el Vaticano. Allí podés visitar la Piazza San Pietro, la Basílica, subir a la cúpula (no te lo podés perder). El regreso hacia el centro de Roma realizalo caminando. Cruzá el Ponte Sant'Angelo y allí podés apreciar Castel Sant' Angelo (sepulcro del emperador Adriano y su familia). Seguís caminando y te vas a encontrar con Piazza Navona, Panteon, Montecitorio, Monumento a Vittorio Emanuel II, Campidoglio, Via dei Fori imperiali, Colisseo. A esta altura de la jornada, seguramente la tarde ya está cayendo, aprovechá para ir al Quirinale y desde allí admirar la puesta de sol, después podés ir hasta la Fontana di Trevi y Piazza Spagna que de noche, son más bellas que durante el día.
Después de esta recorrida quedás bastante cansado, pero sin dudas feliz... feliz de haber recorrido uno de los lugares más lindos que se puede visitar.
La oferta de Hoteles y B&B es muy amplia y variada (hay para todos los gustos y bolsillos). Yo opto por uno bien céntrico, por ejemplo cerca de Fontana di Trevi o Montecitorio. Para comer hay un sinnúmero de restaurantes y pizzerías que presentan muchas opciones (de calidad, cantidad y precio). Te aseguro que no vas a pasar hambre.
Últimamente veo la ciudad más hermosa, tuve la suerte de recorrerla hace dos años junto a Juan Francisco, y en esta oportunidad con Federico, mis sobrinos del alma. Queda pendiente la visita con Ignacio, Ma. Emilia, Sofi y Anto (sobrino y sobrinas).
Roma, hasta la próxima
Roma mi manchi...
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