Si usted, estimado lector, supone que este dicho tiene que
ver con el animal que todo conocemos como ganso... se equivoca.
Antiguamente, los hijos de los
nobles y de los ricos eran formados y educados por una especie de monitor o ayo
llamado, precisamente, ganso. Estos gansos o ayos ejercían una función
educativa y pedagógica, por lo general rígida y dogmática, es decir, algo
equivalente a lo que hoy llamamos "enseñanza enciclopedista".
De manera que, los niños
repetían casi memoriosa y literalmente lo que habían escuchado de boca del
ganso, y como casualmente estos gansos solían caminar por los caminos de
palacio seguidos por los niños en fila india -tal como marchan los gansos con
sus crías- la tradición popular se encargó de acuñar la frase hablar por boca
de ganso, para dar a entender que alguien repite lo que otro ha dicho, como si
fuera propio, pero sin el correspondiente discernimiento.
Otro factor que ayudó a
confundir el "ganso-ayo" con el "ganso-animal" es el hecho
de que el ganso es un animal que tiene fama de tonto, ya sea por su escasa
inteligencia o por el sonido de su voz gutural, elementos que han dado origen a
la expresión "la risa abunda en la boca de los gansos", generalmente
aplicada a la persona que se ríe tonta y constantemente, sin motivo.
Cuantos “gansos” que hay por
el mundo.. ¿no creen?
No hay comentarios:
Publicar un comentario